Recupero un antiguo texto de enero de 2017 publicado en la tristemente desaparecida Notodo sobre el programa infantil que marcó la infancia de todos los niños gallegos de los 90. Contiene fragmentos de entrevistas con personajes clave como Alberto Casal o Juanillo Esteban y opiniones de bandas actuales como Novedades Carminha, Familia Caamagno y Terbutalina.
El primer club que me admitió como socio fue el de los Masters del Universo, el segundo fue el Xabarín Club. Los Masters del Universo eran unos muñecos de plástico, ciclados hasta niveles sobrehumanos, de los que ya no guardo demasiados recuerdos; al Xabarín Club, en cambio, lo recordaré siempre. Era el programa de dibujos de la TVG, estaba liderado por un jabalí rockero y no tenía rival. Ni gigantes como Club Disney o el Club Megatrix podían achantarlo. El Xabarín tenía mejores series, buena música y toneladas de carisma. En los noventa cerca de 100.000 niños gallegos presumíamos de carnet porcino. Actualmente son ya cerca de 150.000. Conozco treintañeros que aún siguen llevando el carnet del Xabarín en la cartera. Se ha convertido en un fetiche. El impacto social fue tan grande que incluso se ha llegado a hablar de una “generación Xabarín”.
Cuando estabas de cumple, Xabarín te enviaba una tarjeta de felicitación a casa y ponía tu foto en la sección de cumpleaños. Era una aparición de unos segundos compartida con “cumpleañeros” de toda Galicia. Cuando lograbas localizar tu jeta entre toda la chavalada ya habías desaparecido. Era un flashazo de una centésima de segundo, pero una centésima mágica.
También había concursos. Algunos en directo telefoneando al mismísimo Xabarín y otros a través de correo postal. Cada quince días se lanzaba una pregunta al aire, si enviabas una postal con la respuesta correcta te llevabas uno de los codiciados premios: camisetas, libros, CDs, pins, paraguas, mochilas…¡Incluso tamagotchis! No era complicado ganar. Raro era el niño que no conseguía algún premio.
Xabarín (“jabalí” en gallego) nació en 1994 del trazo de Miguelanxo Prado (“Creepy”, “The Sandman”, “El jueves”…), la mente del guionista Antonio Blanco (“La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos”) y las cuerdas vocales de Juanillo Esteban, actor, músico y showman de culto. Junto al actual director, Alberto Casal, Juanillo es el único miembro de equipo que ha estado en el programa desde sus inicios hasta la actualidad. Al otro lado del teléfono me cuenta su metamorfosis en porco bravo:
“Estaba en casa de Manquiña, por aquel entonces teníamos un grupo de rock llamado Sporting Transilvania, y apareció Suso Iglesias, el creador y primer director del programa. Traía una cinta con la música del himno “Somos do clube da galega”, compuesta por Siniestro Total, y estaba buscando un cantante. Primero probó Manqui, pero no tenía el tono adecuado. Después probé yo y al día siguiente ya estaba grabando en Vigo. Así empezó todo. Yo los encontré a ellos y ellos me encontraron a mí.”
Pero… ¿quién es Xabarín? Su personalidad está esbozada en este texto fundacional escrito por Antonio Blanco:
«En su idiosincrasia, la mascota Xabarín, viene a mezclar la identidad de Huckleberry Finn, Don Gato, Bart Simpson y Parker Lewis para aparecer a ojos de sus compañeros -la típica pandilla de cabecera- como libre y rebelde. Al mismo tiempo, sarcástico y tierno, siempre se muestra crítico con el mundo de los adultos pues es muy consciente de todas sus miserias.
A Xabarín le gusta la música rock, los tebeos de superhéroes de la Marvel y los dibus clásicos de Warner y Hannah & Barbera. Pero también los mangas japoneses. Le encantan las pelis de acción, las de género fantástico y la ciencia ficción cyberpunk. Es forofo de los juegos de ordenador y videojuegos. Ve muchísima televisión, pendiente de películas y series de dibujos animados.
Pero su pasatiempo preferido es vivir a su aire y en compañía de sus muchos amigos perseguir emociones por el mundo adelante. No pierde ocasión para descubrir -a pie de calle- lugares escondidos en los que imaginar aventuras imposibles.»
Xabarín incluso llegaría a cobrar vida fuera de la pantalla gracias a las XabaXiras, conciertos infantiles multitudinarios, donde arropado por los músicos de La Marabunta y un equipo de baile, el cerdo antropomorfo interpretaba todos los éxitos del programa. En el interior de aquella aparatosa carcasa latía el corazón de Juanillo Esteban.
“Fue toda una experiencia. Había que concentrarse mucho y controlar la respiración. Era muy complicado, pero más se suda cavando una zanja.”
Además de dar vida al Xabarín, Juanillo también protagonizó algunos de los videoclips más emblemáticos del club como “¿A onde vas rapás?” (Siniestro Total) o “Non todo é o que parece” (Aerolíneas Federales).
“Uno de los rodajes más divertidos fue el de “Pode ser” de Víctor Coyote. Estábamos allí, delante de un croma, tres tipos disfrazados de esqueletos extraterrestres y otro de vaca. Mientras Víctor Coyote cantando colgado de una cuerda. Una cosa muy extraña. Aquello parecía una película de la Troma.”
En cuanto a los contenidos del programa tiene claros sus favoritos:
“Me encantaba Shin Chan, como a todo el mundo. De las producciones propias, la sección de cocina de Mofa e Befa fue una de las cosas más bonitas que se hicieron. Las noticias del inspector Tomé, las secciones del doutor TNT y Silvia Superstar estaban muy bien. De los videoclips creo que me quedo con “Magical Radio”(The Magical Brothers) realizado por Jorge Coira. Un supervideoclip.”
Tras repasar todas estas vivencias y recuerdos, Juanillo resume lo importante que fue, y sigue siendo, el Xabarín Club en su carrera.
“Los actores cómicos vivimos para hacer reír a los demás y tener la oportunidad de haber hecho felices a varias generaciones de niños ha sido una de las más grandes gratificaciones de mi vida.”
DIBUJOS ANIMADOS
A través del Xabarín Club nos llegaron algunos de los dibujos más transgresores del momento. En sus dominios no había sitio para ñoñerías. “Ren y Stimpy” me voló la cabeza. Recuerdo alucinar con aquel capítulo en el que Stimpy donaba grasa de sus glúteos a Ren para que se la implantara en los pectorales y poder ligar en la playa luciendo una nueva musculatura trabajada a golpe de bisturí. Algunos de sus herederos directos como “Vaca y Pollo” o “Catdog” también formaron parte del menú diario del club. Pero los que más triunfaban eran los japoneses. “Dragon Ball” fue el gran fenómeno. “Dr. Slump”, “Doraemon”, “Shin Chan”, “Ninja Hattori” o “El gran Sushi” también partieron la pana.
Además de dibujos también había surrealistas programas de divulgación científica como “El mundo de Beakman”. Un formato estadounidense presentado por un científico estrafalario que contaba con la asistencia de un perezoso hombre rata y una dicharachera secretaria para sus experimentos. Entre el subidón de azúcar de la nocilla, el rock y los estímulos psicodélicos, la merienda se convertía en una especie de Woodstock catódico para todos los públicos.
El director Alberto Casal nos revela la clave:
“La receta es muy sencilla, sólo hay que tratar a los niños como lo que son: personas. Hay que hacer cosas para los preescolares pero también hay que alimentar a base de manga, animación americana y europea. Actualmente se hacen auténticas virguerías pero tampoco hay que olvidarse de clásicos como Tex Avery o productos tan imperecederos como “Los autos locos”,“Don Gato” o “La Pantera Rosa”. Esa mezcla de tradición y modernidad es muy importante. Haber conseguido que todos esos personajes hablen gallego me parece uno de nuestros grandes logros.”
ROCK AND ROLL
Otro de los grandes aciertos del Xabarín Club fue su selección musical. Los descansos publicitarios estaban trufados de videoclips de bandas pop/rock gallegas. Algunas componían canciones específicas para el programa. Otras, como Aerolíneas Federales, hicieron versiones en gallego de algunos de sus temas. Todos los videos tenían las letras en formato karaoke para poder cantar en casa. La espera por el final del capítulo de Songoku se hacía más leve si mientras tanto podías berrear “¡Qué jallo é!”.
Con el paso de los años se llegaron a editar 7 discos recopilatorios con todos los éxitos del programa. Alberto Casal es un gran melómano y autor de la primera historia del rock gallego (“¿Rock & Grelos?”, Ediciones Lea, 1995). La calidad de la selección musical se debe en parte a sus conocimientos y criterio musical:
El nacimiento del Xabarín coincidió con la eclosión del rock bravú: Rastreros, O caimán do río Tea, Diplomáticos… Yo le iba a Suso Iglesias con muchos grupos: “¡Tienes que escuchar un grupo que se llama Heredeiros da Crus, son la hostia!”. Otros entraban por la ósmosis natural de nuestras agendas. Era la música que escuchábamos nosotros. Siempre nos gustó el rock and roll.”
Muchos de los niños que mamaron de aquella teta de cristal crearon sus propias bandas cuando crecieron. Pienso en grupos como Novedades Carminha, Familia Caamagno o Terbutalina.
¿Fue el Xabarín Club una influencia en vuestra formación musical?
MANUELE (FAMILIA CAAMAGNO): Absolutamente. Xabarín cultivó desde rock clásico cercano al garage (O Caimán do río Tea, As Amarguinhas) pasando por pop melódico de una calidad increíble (Aerolíneas Federales, As Increíbles Páncreas, Blood Filloas…) hasta el punk más gamberro (Siniestro Total, Def con Dos). Recuerdo que “Capitán Araña” tuvieran que dejar de emitirla por las protestas de cuatro subnormales. Por lo visto incitaba a la violencia contra los profesores. Me gustaba aquella música. Todo me parecía moderno. Deseaba muy fuerte a Silvia Superstar. Me parecía la mujer más perfecta de la tierra: rockera, tatuada, fan de los cómics…
MIGUEL (TERBUTALINA): No lo consideramos una influencia directa, pero suponemos que inevitablemente formó parte de nuestra formación. Quizá nos influyó en el hecho de saber que era posible hacerlo: que se podía montar una banda y tocar lo que nos apeteciese.
CARLANGAS (NOVEDADES CARMINHA):Acabo de revisar y creo que me sé el 80% de las canciones. Irremediablemente sí. Tengo sensaciones encontradas al volver sobre las canciones. Por un lado veo toda la explosión del rock bravú, que creo que aguanta bastante mal el paso de los años y por otro lado veo a Victor Coyote, Despe e Siga, Maestro Reverendo, Def con Dos y muchos otros con propuestas maravillosas que me siguen pareciendo potentísimas a nivel artístico. Poder escuchar reggae, ska, rock and roll, música electrónica, folk y demás cada tarde solo puede ser bueno, genera público y despierta su interés. Ojalá todo el mundo pudiera tener una oferta así, porque en mi caso estoy seguro de que fue uno de los motivos que despertó interés por llegar a muchos otros discos,”
¿Cual era vuestro videoclip favorito?
MANUELE (FAMILIA CAAMAGNO):Es complicado escoger… “Non todo é o que parece” de Aerolíneas Federales. Aunque técnicamente no es ninguna pasada compensa por esa cacheira del último plano.
MIGUEL (TERBUTALINA):“Tá-se ben na radio», de Kussondulola. No sabíamos de dónde carallo habían salido eses señores, de qué estaban hablando exactamente, ni qué mente hizo coincidir el fade-out final del tema con la banda desapareciendo marcha atrás. Sublime.
CARLANGAS (NOVEDADES CARMINHA):Me quedo con “Pode ser” de Victor Coyote, aunque me flipa volver a ver el “Capitán Araña” de Def con Dos, rodado en el instituto del barrio de Fontiñas en el que yo estudié.
PRESENTE Y FUTURO
Aunque hay una tendencia inevitable a hablar en pasado cuando rememoramos nuestra infancia, la realidad es que el Xabarín sigue siendo presente y futuro. Recientemente han sacado una aplicación para disfrutar de su contenido en tablets y móviles, están potenciando su presencia en internet y en TVG2 cubren 9 horas diarias de emisión. Pese a las dificultades y los recortes presupuestarios Alberto Casal se muestra optimista con el futuro del Xabarín:
«No me gusta la nostalgia. Tenemos socios de menos de un año. Nos llegan fotos de bebés. Eso no nos había pasado nunca. Son hijos de ex-socios porque ya llevamos dos o tres generaciones. El estado de salud del Xabarín es como el de cualquier dibujo animado, como el de Batman o el de Pedro Picapiedra, tiene una larga vida por delante porque está hecho de la misma materia de la que están hechos los sueños.«
En palabras del propio Xabarín:
«Hai algo que sempre lles digo a meus socios: Non vos conformedes con menos… nin con máis. Velaí o segredo: Non procurar o éxito. Trátase de deixar que de cando en vez -se non hai outra- sexa o éxito o que che alcance. Éche o que hai. Pois iso, que a última viñeta non sexa a derradeira. Por min non vai quedar. A fin de contas (e deste conto) eu son 100 % animal. E por riba electromagnético.
Que a aventura continúe, meus!
PD: Ah!, e non o dubides, AFÍLIATE, serás do xabarín.«